Los pulpos pescados en el Mediterráneo se cuelgan en perchas. Allí llegan tras ser congelados para matar el nervio y puestos en salazón. Horas después de que el viento les seque lentamente, el producto está listo. El secreto está en el tiempo exacto que tiene que estar el pulpo colgado en perchas, la calidad del pulpo y el primor con el que se trata el pulpo antes de colgarlo a secar. Ya sólo queda pasarlo unos minutos por la plancha para darle el toque definitivo. Elaboración casera y con ella se alcanza un sabor único, salado, que invita a masticar el pulpo y saborearlo lentamente con cada bocado. Lo habitual es servirlo con un chorreón de aceite y algo de ajo picado, así como un acompañamiento a base de col.
Pulpo Seco