Se dice que la Patrona de Motril, Nuestra Señora de la Cabeza apareció en esta playa. Formaba parte de la mercancía de un galeón que navegaba frente a las costas motrileñas a comienzos del siglo XVI. Algunas fuentes atribuyen nacionalidad portuguesa a los marinos, y al robo de la imagen, en la isla de Corinto, como la razón de su presencia en el barco. Sorprendidos por una violenta tempestad que amenazaba con hacer naufragar el navío, imploraron la intercesión de la Santísima Virgen postrados ante ella. La tormenta cesó, y al disponerse a emprender de nuevo el viaje, volvieron los enérgicos oleajes y la lluvia. Advertidos de ser voluntad de la Señora permanecer en aquel paraje, hicieron ferviente juramento de trasladarla a tierra y levantar una ermita que la albergara en aquel lugar para la veneración de propios y extraños. Vuelta la calma, fue desembarcada en esta playa, momento en el que florecieron infinidad de azucenas (de ahí toma su nombre). Trasladada a la población, se decidió erigir una pequeña ermita en la cima de un cerro situado a las afueras, sobre las ruinas del castillo donde residiera la Reina Aixa madre del último rey granadino Boabdil (actual cerro de la Virgen de la Cabeza).
Acceso peatonal fácil
- Salvamento marítimo
- Zona de lanzamiento y varada de embarcaciones