Esta ruta, apta para bicicletas de paseo, es un agradable paseo, fácil y entretenido, a lo largo y ancho del conocido e histórico camino de Minasierra. Un itinerario asfaltado pero con apenas tráfico que coincide en gran medida con el recorrido de la Acequia Principal, del siglo XV, que bordea la vega de Motril a una altitud media de 40 metros e irriga más de dos millones de hectáreas de cultivos, chirimoyos y aguacates principalmente. Y que nos hará descubrir, pedalada a pedalada, las viejas azucareras, hoy abandonadas, algunas casas de campo señoriales, cortijos tradicionales y, sobre todo, las excepcionales vistas de Motril y sus alrededores.  El recorrido comienza por el carril bici de la Avenida de Salobreña, auténtica arteria de la ciudad, hasta la histórica Casa de la Palma, antiguo emplazamiento de un ingenio azucarero en donde se encuentra el Museo preindustrial del Azúcar y que, junto a la cercana fábrica del Pilar (1882-1984) conforman en Motril el eje museístico de este capítulo primordial de su historia. No en vano en nuestro camino por Minasierra, prácticamente llano y siguiendo el curso de la acequia, veremos las fábricas de San Luis (1910-1987), Santa Isabel o la popular Almudena, reconvertida en lugar de celebraciones, todas ellas fácilmente reconocibles por sus chimeneas aún en pie. Mas, con todo, uno de los hitos de esta ruta es la sorprendente y secular Casa de Los Bates, un encantador hotel rural dotado de unos magníficos jardines que se aprecian desde el exterior, destacando sus verdes cipreses y altivas palmeras y araucarias.  Curva tras curva, mientras nos deleitamos con la abundante vegetación de aguacates, nísperos o chirimoyos y también naranjos y limoneros, plataneras, chumberas, buganvillas o simples cañaveras, irán apareciendo las localidades de Salobreña y el anejo de Lobres, Molvízar, el monte de los Almendros, la castigada Sierra de Bodíjar, el espectacular Tajo de los Vados y, a lo lejos, las blancas cumbres de Sierra Nevada con el pico del Caballo (3040 metros) de centinela.  Un lugar ideal para hacer un alto en el camino es el mirador de las Jareas, buena atalaya situada junto a la histórica alquería de Pataura, un importante enclave morisco poco a poco despoblado y arruinado definitivamente en 1784 por las continuas y graves crecidas del río Guadalfeo. Desde aquí y hasta el final del camino de ida, en el cruce con la carretera nacional 323, nos quedarán apenas un par de kilómetros entre cultivos y huertas tradicionales.  Por último, en nuestro regreso al punto de partida por el mismo camino, nos desviaremos un poco para conocer el popular Candelón, pequeño acueducto del siglo XIX que aporta agua a las zonas bajas de la rica vega de Motril.