Luisa García Chamorro anuncia una importante inversión en infraestructuras para playas en el próximo presupuesto municipal

Luisa García Chamorro anuncia una importante inversión en infraestructuras para playas en el próximo presupuesto municipal

Luisa García Chamorro: “vamos a apostar por nuestras playas y vamos a destinar una partida importante en infraestructuras para nuestras playas en nuestros próximos presupuestos municipales”. El concejal de Turismo, José Lemos, destaca el prestigio del galardón de esta bandera azul, que valora instalaciones, socorrismo y calidad del agua.

 

El Teniente de Alcalde de Turismo, José Lemos, ha izado este lunes la Bandera Azul que la Fundación Europea de Educación Ambiental ha otorgado a Playa Granada por cumplir una serie de requisitos sobre la calidad del agua, la gestión ambiental, la seguridad y los servicios. Lemos ha destacado su compromiso con playas y seguirá peleando por mantener este distintivo y mejorar la calidad de las playas motrileñas.

 

Lemos ha destacado que Playa Granada es la playa de la Costa Tropical que mejor representa el equilibrio entre la  explotación turística y el respeto al medioambiente. “No existe otra playa en nuestra costa que combine tantas tipologías de servicios de ocio (ya sean explotados por particulares u ofrecidos por el Ayuntamiento), con una certificación de calidad que tienen exigentes criterios en relación a una gestión ambiental sostenible”, ha dicho.

 

El responsable de playas ha resaltado el incremento significativo que han experimentado la práctica de actividades náuticas en los últimos años -como padel-surf, wind-surf y kite-surf- y que, en algunos puntos es posible ver Sierra  Nevada desde la propia arena de la playa. “En época de nieves, el contraste visual es espectacular, consiguiéndose una estampa única que aúna mar y montaña”, ha añadido.

 

La Bandera Azul es un galardón anual y un sistema de certificación de la calidad ambiental desarrollado por la FEE desde 1987. Promueve y premia la participación en iniciativas ambientales voluntarias de las autoridades municipales, la población local y visitante y los agentes del sector del turismo. Los criterios para obtener la Bandera Azul se agrupan en cuatro áreas: Calidad de las aguas de baño, Información y educación ambiental, Gestión ambiental y Seguridad, servicios e instalaciones.

 

La Bandera Azul es concedida por un Jurado Internacional, presidido por la FEE y participación, entre otros, de las Agencias de N.N.U.U. para el Medioambiente y el Turismo, entre las candidaturas seleccionadas por los Jurados Nacionales. En el Jurado para España, presidido por ADEAC, participan las CCAA litorales, La FEMP y los Ministerios,  Fundaciones y Universidades implicadas.

 

A diferencia de otras certificaciones de calidad, las auditorías de la Bandera Azul se llevan a cabo por sorpresa. No se paga por ser auditado ni por los derechos de uso de marca, ya que consideran que esto les restaría independencia en su concesión, hecho por el cual es un galardón con tanto prestigio.

 

Obtener la Bandera Azul exige cumplir requisitos sobre dotación de equipamientos relacionados con la comodidad del usuario (pasarelas, duchas, lavapiés, servicios higiénicos y fuentes), con la seguridad (puestos de salvamento, balizamiento, ambulancia y torres de vigilancia), con la limpieza (contenedores y papeleras), con la información (señales, paneles informativos y casetas de información). También se deben cumplir requisitos relativos a la sostenibilidad mediante el control de los consumos y rutinas de limpieza exhaustivas y  adecuada tratamiento de residuos, sobre la accesibilidad para personas con movilidad reducida, sobre el control de todos los servicios que se prestan por parte de particulares al usuario en las playas, la identificación y evaluación de aspectos ambientales y riesgos higiénico- sanitarios y sobre seguridad, salvamento y socorrismo con tiempos controlados de respuesta de 4 minutos como máximo.

 

Se controlan también los servicios de información al usuario (información turística, calidad de las aguas, rutinas de limpieza, sistema de quejas y sugerencias, códigos de conducta, política de calidad y actividades de educación ambiental), el mantenimiento de las instalaciones y equipamientos, la planificación y coordinación entre los distintos servicios implicados en la playa y, finalmente, no basta con una calidad de las aguas  “buena”, la calificación ha de ser “excelente” en los últimos cuatro años en base a los parámetros microbiológicos establecidos por la Unión Europea.